viernes, 9 de septiembre de 2016

Acaríciame.

No siempre me doy cuenta de la hostilidad del mundo.
Cuando lo hago, valoro más el amor que (te) tengo.
Ni cuentos de hadas, ni amores platónicos.
Ponerle cuerpo a la emoción.
Sentir la caricia que acompaña. La que hace del mundo un lugar más bello, y menos hostil. La bella sencillez de lo cotidiano.

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